Amigos croquiseros:

Compartimos las palabras de la actriz Mónica Lacoste, escritas para los Croquiseros Urbanos de BsAs.
Creemos que podemos disfrutarlas como si hubieran sido dirigidas también a nosotros ... 


SALIDA CROQUISERA 29 de octubre del 2011   PUERTO NUEVO  BUENOS AIRES
“No puedo hablar sin un lápiz en la mano…”
“¿Quién tiene un papel?”
“Poner la primera mancha o línea manda, mal… pero luego hay que luchar para mejorar”
“Este lo hice de noche casi sin luz”
Y muchas frases más que les escucho decir a los Croquiseros.
Desde hace  años escribo en diferentes papeles o libretitas. Algunas las pierdo entre papeles, cuadernos o papeles.  En fin…traspapelo.  A veces escribo sin anteojos y luego no puedo entender mi propia letra. También porque me parece que manda la emoción y dudo del interés de mis palabras.
Estas a modo de disculpa primera.  ¡Me lanzo!
La habilidad de un Croquiseros  es como la de un equilibrista de circo.
Se siente un estremecimiento al escucharlos pues se habla de la ciudad, del paisaje, del presente, del pasado,  se entrelazan  comentarios de la técnica misma de cada uno. Casi todos utilizan las mismas herramientas pero la combinación es  tan personal. La elección es tan personal. Las  plumas, los pinceles, tinta china, plasticola de colores, sanguina, acuarela, marcadores, marcadores aguados  similares a pinceles, pinceles similares a lápices, trapos, papel arrugado, la yema del dedo, lapiceras.
Me resbalo en un tobogán  escuchándolos.
Algunos siguen dibujando con el recuerdo del lugar. Otros sólo lo hacen en el lugar y lo que están mirando. Otros dibujan como si estuvieran colgados de un árbol o ven más allá de lo que se ve.
Me gusta salir con mi compañero cuando dibuja. Donde sea, con frío, lluvia o sol. Desde hace ya tiempo me gusta acompañar a los Croquiseros. En silencio o reflexionar con ellos. Voy aprendiendo y olvidando algunos nombres. Pero no sus rostros y actitudes.
Con Sylvia Vesco, mi amiga, hablamos en broma de los “croqueteros”  y la broma tiene su sentido pues estos hombres y mujeres también le dan a la croqueta. A su modo filosofan…
Están allí, no mienten. En lugares más abiertos o más cerrados. Frente al agua del Río de la Plata o en el centro de la ciudad.
Acaba de pasar  por nuestras cabezas un enorme avión, cerca, casi nos toca. Un gorrión mira inquieto desde la proa de una barcaza oxidada que seguramente tuvo su época de gloria. Sogas de metal trenzado, aros de hierro fundido, pasto, flores silvestres, basura en las escalinatas que miran el agua. Mucho viento.

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